sábado, 21 de marzo de 2009

Llegada a Oruro. Música, alegría y paisajes

Eran aproximadamente las 7,30 de la mañana cuando el tren llegó a Oruro. Bajé junto al resto de los viajeros y me dirigí al vagón del equipaje -no permiten llevar nada en el vagón de pasajeros, salvo un pequeño bolso de mano y los abrigos-. Pusieron vallas de contención y detrás de ellas valijas, mochilas, cajas que el personal descargaba. Cada persona con su ticket en la mano esperó hasta que controlaban la numeración y entregaban. Preferí que la mayoría de los pasajeros retirara las valijas, pues no tenía urgencia. El sol brillaba en un cielo límpido, pero hacía frío. Salía a la calle con un plano de la ciudad que había pedido en la oficina de Turismo de la estación. Parada en la vereda, mientras decidía el rumbo a tomar; observé varios carritos instalados, donde la gente de la ciudad se acercaba a tomar lo que debía ser el desayuno. . Un rico aroma a canela, vainilla y clavo de olor venía desde allí. Las personas de pie recibían un plato hondo y cuchara con algo que parecía ser un caldo o sopa caliente, acompañados de bollitos de aspecto tentador, otros semejaban ser tortas fritas. La curiosidad me llevó a preguntar que era y me dijeron: es "api", es "tojori", palabras que no agregaban nada a mi escaso conocimiento de los platos, bebidas y postres regionales bolivianos. Me sentí tentada de pedirlos, pero preferí averiguar de qué se trataba antes de degustarlos. Observé una niña que saboreaba lo que parecía ser una compota de duraznos, y me eché a caminar, mientras pensaba lo diferente que era a nuestros desayunos. Tenía hambre y los aromas percibidos me recordaban que hacía varias horas que no comía nada; pero primero buscaría alojamiento. Había marcado dos o tres lugares posibles, la diferencia en el precio estaba dada por el tipo de servicios y la distancia del centro de la ciudad. Empecé por ir a los más económicos, pero luego de recorrer dos o tres y no conseguir lugar me di cuenta que había cometido el error de no efectuar una reserva, pues faltaba poco para el carnaval y también se festejaba el cumpleaños de la ciudad. La ciudad bullía de turistas, fotógrafos, periodistas que venían a buscar registrar el Carnaval de La Diablada de Oruro. Finalmente, cuando estaba comenzando a preocuparme encontré habitación, en un Hotel bastante lujoso, que era la más cara de las opciones según me indicaron, pero cuando pregunté el precio, no resultó así. De hermoso diseño y decoración; la habitación era amplia, con mobiliario antiguo; el comedor con columnas y diseños que recordaban las construcciones de la "Belle Époque". Cuando fui a tomar el desayuno me indicaron que era libre. Era una fiesta ver todo tipo de ricuras, bastante completo, perfectamente distribuido en una amplia mesa decorada, desde donde podías servirte dulces, quesos, fiambres, jugos, frutas, yogur, café, te, leche y variedad de panecillos .Me sentí feliz de llegar a esa hermosa ciudad en el momento apropiado, en las calles los colegiales con sus uniformes e útiles, improvisaban batallas con globos de agua a la salida del colegio. Durante dos días, infinidad de bandas de música con uniformes coloridos interpretaban canciones en la Plaza principal y en un anfiteatro - que también se usa para el baile de las comparsas- durante el carnaval. En el mercado de Oruro, acompañada de una pareja de argentinos, pude probar "api" y "tojori" acompañado de pasteles rellenos con queso de llama. Son diferentes alimentos realizados con maíz molido y cocinado con especias, endulzado con azúcar o miel. El color (rojo, amarillo o casi morado) depende del tipo de maíz. Contiene muchos nutrientes, similar en preparación a lo que en Argentina conocemos como "mazamorra". En uno de mis paseos, fui a conocer la Iglesia de Ntra. Sra. Del Socavón, Patrona de los Mineros, enclavada en uno de los cerros, cuya historia es digna de escucharse por las implicancias históricas que tiene. Dentro de la misma iglesia visité el Museo del Socavón, que parte del interior del templo. Recorrí sus galerías, -pertenecen a una antigua mina que ya no está en explotación- y guarda instrumentos, recuerdos y hasta la imagen del "Tío" que es un muñeco realizado con características diabólicas y traje de luces. Significa el espíritu de la mina, y se encuentra a la entrada de las galerías. De acuerdo a la creencia popular, los mineros deben habitualmente dejarle un pequeño regalo (caramelos, cigarrillos, hojas de coca) pidiéndole permiso para entrar en el interior de la montaña y sacar sus tesoros .Me maravillé visitando el Museo de las máscaras, ubicado a un costado de la Iglesia del Socavón. Ciertas máscaras son muy valiosas, hay de todos los tamaños, diseños y colores, desde algunas antiquísimas que realizaban los orfebres en metal, cerámica con incrustaciones de piedras y plumas hasta trajes de de los más variados y exóticos modelos. Oruro es una bella ciudad, antiquísima, tradicional, alegre, con paisajes impactantes. Caminé hasta el faro de la ciudad, desde donde puedes observar toda la belleza de Oruro, ubicado en una especie de Plaza Seca o Terraza. Al pie del faro, hay sobre-relieves con los escudos de cada una de las provincias bolivianas, incluida aquella que se perdiera en la Guerra contra Chile. Seguí ascendiendo y llegué hasta el lugar más alto de Oruro, donde está la Cruz que domina la ciudad. Pasear por la ciudad es una hermosa experiencia, hacia donde giras la cabeza el paisaje se ve diferente. Yo lo hice caminando, porque quedé varios días. El esfuerzo es significativo y la pendiente de algunas calles, sumado a la falta de costumbre de estar a demasiada altura, -está a 3.075 metros sobre el nivel del mar- termina agotando.Por las noches, en días anteriores a la fiesta de Carnaval, se escucha la música de las bandas; el sonido de cohetes, petardos y luces de bengala, hace salir a la gente a las veredas. En las calles, los grupos que participarán del evento, acostumbran a bailar, con uniformes de colores, cascabeles en las ropas y sombreros. (trajes y máscaras de gala se usan solo para bailar durante los 4 días de carnaval) A estos desfiles anteriores, se les llama "convites". El 1º Convite se realiza las noches de viernes y sábado dos semanas antes; el 2º Convite las noches de viernes y sábado de una semana antes. El significado que tiene es realizar un llamado o invitación a la gente para participar de la fiesta. También pude saber que tanto en Bolivia como en Perú, al paso de los años, el Carnaval no es una fiesta estrictamente pagana, pues a través del proceso de evangelización se mezclaron lo que antiguamente eran eventos de agradecimiento a la Pachamama y pedido de protección en las siguientes cosechas; con el agradecimiento y la bendición de la Virgen. Por ello durante el carnaval se danza llevando la Imagen de la Virgen de La Candelaria, o se la coloca presidiendo los actos. También se le da significado de la lucha del bien y del mal. Por ello en los desfiles hay imágenes representativas de ángeles y demonios. Oruro me había fascinado, pero era hora de partir; debía seguir camino. Esta vez iría en ómnibus. La ruta era buena, el trayecto no demasiado largo y deseaba conocer el paisaje mientras seguía ascendiendo. Más al norte, más hacia la altura. Mi próximo destino era La Paz, a 3.650 metros.
Magui Montero
NOTA: foto 1- Festival de Bandas. Foto 2- 2º Convite de Carnaval.
Foto 3- Faro de Oruro. Foto 4- Vista de la Ciudad desde el Faro.
Foto 5- Calle que va hacia el Socavón. Foto 6- en el Monumento al Minero.
Foto 7 - Iglesia de Ntra. Sra. del Socavón. Foto 8- Entrando al Museo de la Mina

No hay comentarios: