jueves, 6 de noviembre de 2008

EL CAÑONAZO DE LAS NUEVE

La tarde anterior había visto un espectáculo majestuoso. Concurrí a la ceremonia que se realizaba desde hacía muchísimos años, conocida como “El Cañonazo de las 9” se llevaba a cabo en la Fortaleza de la Cabaña, en el Parque Histórico del Morro. Según me informaron estas construcciones databan de los siglos XVI y XVII, el lugar era bellísimo. Cientos de personas, esperaban para verlo, la vista era preciosa. Desde allí podíamos observar la bahía y admirar gran parte de la ciudad, iluminada por miles de luces que semejaban pequeñas lentejuelas brillantes y el hermoso Malecón, lugar donde los cubanos pasean habitualmente, disfrutando del paisaje y la brisa marina.
El acto que presenciaría en pocos instantes más, rescataba la magia y las costumbres más antiguas.
De pronto, el redoble de tambores nos hizo quedar en silencio; un grupo de hombres, vestidos con uniforme color rojo y peluquines blancos, desfilaba a paso marcial, hacia donde se encontraban instaladas las viejas baterías que daban al mar. Guardaban similitud con la vestimenta de los soldados que aparecían en las películas de corsarios.
Esta ceremonia se realiza diariamente, para conmemorar lo que tradicionalmente se hacía para proteger la ciudad de los ataques enemigos y piratas. El cañonazo, marca el momento en que se cerraba con cadenas la Bahía, evitando el paso de barcos hasta el amanecer del día siguiente. Fue precioso, impactante, emotivo. Me permití volar con la imaginación hasta donde jamás había pensado. Los trajes de época, la luz de las antorchas, el redoblar de los parches, me llevaron instantáneamente a la época. El sonido atronador resonó exactamente a las 9 p.m. Quedé gratamente sorprendida y emocionada. La Habana tenía un halo mágico al anochecer y miles de instantes por descubrir.

Magui Montero
NOTA: La imagen del momento del cañonazo, fue extraída de internet.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

las nueve de la noche es el momento también de empezar a amar, de quedar, de verse, de cenar, de buscarse

y hay otros cañonazos gratos que llaman también al


amor

mares dijo...

El cañonazo de las 9, como le llamamos es tal como lo describes, una ceremonia hermosa y con ese halo de magia y antiguedad que tanto se difruta.
Un besito desde la Habana.

mares dijo...

se disfruta, quise decir. Perdón, escribo a las corridas.

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Maravilloso relato y la forma como lo cuentas y abalado por quien vive ahí se hace más mágico.

Gracias por compartir Magui.

Un abrazo.

Magui Montero dijo...

Hola Celia! Gracias por pasar y dejar tu huella. Los comentarios diciendo que mis post viajeros son agradables y el respaldo de quienes tienen la oportunidad de vivir ahi, o haber visitado alguna vez el lugar motivo de mi post; hace que siga adelante. Aun faltan varios paises por recorrer y comentar. En la medida que pueda, iré escribiendo mis impresiones...
Un abrazo!
Magui